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En su libro “La Ciencia de la Sanación Revelada” Nuevos Descubrimientos de las Señales Redox, Gary L. Samuelson, doctor en Física Medica Atómica por la Universidad de Utah, nos habla sobre sobre la Sanación a gran escala: Una extensión de la sanación celular.

Cuando pensamos en sanar, sin embargo, solemos pensar en las experiencias diarias que vivimos cuando un daño ocurre en alguna parte de nuestro cuerpo que es visible y palpable.

Si nos cortamos un dedo por ejemplo, la herida atraviesa varias partes de tejidos, rompe varios vasos sanguíneos y daña millones de diferentes tipos de células. Es probable que entren bacterias y virus en la herida. Necesita hacerse una reparación a gran escala. 

Examinemos estas reparaciones. A pesar de que millones de células han sido dañadas, la respuesta celular es parecida. Cada una de las células dañadas responde construyendo oxidantes. Este estado de estrés oxidativo se ha extendido a millones de células y crea una ineludible señal redox, la cantidad de mensajeros redox en la región se dispara y señala el daño de forma dramática, estos abundantes mensajeros redox, dan la señal de contraerse en las células de los músculos lisos en la venas, con lo cual se cierra la herida y se detiene el sangrado de los vasos sanguíneos, ya que los oxidantes matan a las bacterias y los virus, estos mensajeros redox también proveen la primera línea de defensa contra los virus,

Los mensajeros redox también causan que sean liberadas citoquinas inflamatorias (mensajeros) que convocan al tejido circundante a inflamarse y enrojecer por el aumento del flujo sanguíneo. Los mensajeros redox llaman a la acción al sistema inmunológico. Cuando las células inmunitarias (glóbulos blancos o leucocitos) que circulan por el interior de los vasos sanguíneos entran en una región donde hay una gran concentración de mensajeros redox y citoquinas inflamatorias, reciben la señal de comenzar un proceso que les permite filtrarse a través de la pared de los vasos sanguíneos y desplazarse hacia el tejido dañado, donde pueden “comerse” a las bacterias y eliminar células dañadas y toxinas. 

Las células inmunitarias siguen el rastro de la señal de los mensajeros redox hacia las áreas más dañadas. Por lo general, es ahí que las células inmunitarias se sacrifican en la batalla (el pus es básicamente una masa de glóbulos blancos muertos) muchos tipos de glóbulos blancos pueden participar también. Cuando se ha hecho la limpieza de células mueras y se han reparado todas las células dañadas, el nivel de mensajeros redox (oxidantes) vuelve a su estado normal de equilibrio y las citoquinas inflamatorias se retiran. 

Cuando esto sucede, las células saludables normales pueden sentir que hay un vacío donde las células faltantes solían estar. Pueden detectar dónde está el vacío porque no reciben los acostumbrados mensajes de comunicación de todos sus vecinos. Las células sanas a ambos lados del vacío se dividirán hacia adentro en dirección a las otras con el fin de remplazar las células faltantes. Los vasos sanguíneos se regeneran de la misma manera que todos los demás tejidos.

Se trata básicamente del mismo principio sencillo: una célula comienza a dividirse y replicarse a si misma si detecta que una o más de sus células vecinas no está (debido a la falta de mensajes intercelulares usuales). Las células entonces se dividen para reemplazar a sus vecinos faltantes. El equilibrio de los mensajeros redox, como hemos visto, desempeña un papel importante en este proceso. 

Un equilibrio redox adecuado optimiza el proceso normal de señales entre los tipos de similares de células, acelerando la detección de huecos faltantes y por lo tanto acelerando su regeneración. Estas Moléculas de señalización Redox se encuentran ya dentro de la botella ASEA única en el mundo.
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